Razon de la esperanza

La verdad de Dios para el pueblo de Dios

El sábado: una teología del descanso en la vida del pueblo de Dios

Por invitado especial Rev. Antonio Siles, M.A.

El punto de partida para nuestra consideración de la importancia del descanso y de la justificación del mismo en la vida del pueblo de Dios, y en particular del pastor, es la noción de Dios como creador de todo cuanto existe y al mismo tiempo de su intención de proteger del orden creado.[i] Así, quiero proponer la siguiente declaración: “El Señor nos creó y él quiere que vivamos de tal manera que cuidemos el mundo y nos cuidemos a nosotros mismos”.[ii]

La teología del descanso en el A.T.

Debemos iniciar con la institución del sábado. Es posible que la palabra castellana sábado se derive del término hebreo shabát que significa “cesar, suspender, parar”.[iii] De ahí que sábado significaría “el día en el que cesa todo trabajo”, así el mandato dado por Dios al respecto fue: “seis días trabajarás, y al séptimo descansarás”.

El sábado fue establecido por Dios (Ex. 20:8; 30: 16,17; Dt. 5:12-15) y el propósito de guardar este día se establece con claridad en Ex. 23:12 “»Haz durante seis días todo lo que tengas que hacer, pero descansa el día séptimo, para que descansen también tu buey y tu asno, y recobren sus fuerzas tu esclavo y el extranjero” (DHH).

Nótese el fuerte interés, por parte del Creador, de que sus criaturas pudieran tener un espacio de recuperación física (Dt. 5:14). Este es el reclamo de Jesús ante las autoridades religiosas de sus días cuando les dijo: “el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Mrc. 2:27).

Esta oportunidad de recuperación se extendía a la tierra (Lv. 25:4), a los animales y a los esclavos.  Además del año sabático, que se celebraba cada siete años, cada cincuenta tenía lugar el jubileo (Lv. 25:8-10). Se trataba de un año santo (Lv. 25:12) en el que se reconocía la propiedad absoluta de  Yahvé sobre la tierra. El Señor como dueño último de toda la tierra no quería que los terrenos se vendieran a perpetuidad y por tanto durante el jubileo debía ser devueltas a sus propietarios humanos originales (Lv.25:23-24). De igual forma los esclavos eran liberados y la dignidad de la vida humana era colocada sobre los factores  económicos de la sociedad hebrea. Como se puede ver esta institución también desempeñaba un rol de equilibrador social.

Podemos decir que teológicamente la institución del día de reposo tiene dos razones de ser bien definidas: la creación y la redención.

El sábado como celebración de la creación.

Ex. 20:8-11alude al relato de Gn. 1:26-2:3. Es significativo que no se mencione que el séptimo día se componga de una mañana y una tarde, como en el caso de los seis días anteriores. Algunos han interpretado que esto sugiere que el séptimo día nunca terminó, y por tanto el descanso del séptimo día apuntaba hacia un estado permanente e indefinido. Explicación de lo cual será dada en el N.T. lo que estaremos considerando mas tarde.

Así, en los días del AT la institución del Sabbat constituye una señal de la relación de pacto entre Yhwh e Israel (Ex. 31:17) que al mismo tiempo funcionaba como una especie de diezmo del tiempo.

Es muy significativo que en Ex. 31:17 se dice que después de que el Señor crea el universo “descansó y tomó aliento” (B.J.). Sabemos que Dios no se cansa ni se fatiga (Is. 40:28) pero entonces ¿en qué sentido es que el Éxodo dice que él paró su trabajo y tomó un respiro?

Sin pretender explicar los misterios de Dios, se puede decir que  Dios descansó para mostrarnos la importancia de “refrescarnos” por medio del descanso y la reflexión espiritual. Aquellos que están dominados por el pensamiento “el tiempo es dinero” posiblemente verían la posibilidad de suspender las labores por un día como un desperdicio, o como un mal negocio.

El sábado como celebración de la redención.

Después de los 40 años de peregrinaje en el desierto, y en vísperas del ingreso de Israel  a la Tierra Prometida Moisés menciona otra de las razones por las que Israel debería guardar el sábado: la redención (Dt. 5:12-15)

En este sentido, el sábado no solo era un tiempo de descanso y recuperación física sino que debería ser un tiempo de restauración espiritual.  Esto se expresa por medio de la orden de consagrar el día a Yhwh (Ex. 35:2). Lv. 23:3 establece que el sábado era un día de “fiesta solemne” en honor del Señor, en el cual se debía ofrecer ofrendas (Nm. 28:9,10; Lv. 24:5-9; 1Cron. 9.32). De hecho Moisés estableció que en el año sabático se debía enfatizar la enseñanza de la Ley (Dt. 31:10-11).

Con el paso del tiempo, y a partir del cautiverio babilónico, el sistema de sinagogas convirtió el sábado en un día de descanso dedicado a la instrucción bíblica (Mrc. 1:21; 6:2; Lc. 4:16-17; Hch. 13:14,27; 15:21; 17:2; 18:4). Debemos reconocer que a lo largo del proceso histórico del pueblo de Dios los rabinos fueron articulando toda una serie de explicaciones y aplicaciones de la ley del sábado que en algunos momentos se contrapusieron al entendimiento bíblico del Sabath.[iv] De ahí los conflictos que Jesús tuvo con los dirigentes del judaísmo cuando él realizaba un milagro a favor de una persona en día sábado.

En Mrc. 2:23-28 se advierte como, desde la perspectiva de Jesús, la tradición rabínica no era la que debía regir la práctica del día de reposo. El v. 27 establece que es el Hijo del Hombre, el que tiene la autoridad de regularlo. Y para Jesús, lo importante del sábado era proveer el descanso para el ser humano y no crear una institución que se tornara contraria a la vida misma de la persona.

En este sentido debemos considerar el testimonio de Is. 58:13-14, donde leemos:

13«Si retraes del sábado tu pie,

de hacer tu voluntad en mi día santo,

y lo llamas  «delicia», «santo»,  «glorioso de Jehová», y lo veneras, no andando en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras,

14 entonces te deleitarás en Jehová.

Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra

y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob. La boca de Jehová lo ha hablado».

Dios siempre quiso que el día de reposo fuera un momento de delicia para su pueblo, es decir un día de alegría (DHH). Por  eso el Sabbat era mucho más que un acto (dejar de trabajar un día). Se trata de una actitud [v] que es consistente con una valoración de la vida: dejar de trabajar un día vale la pena si se piensa en la reconstrucción física y espiritual que la persona recibe al ser libre de descansar [vi] ya que el sábado era un día en el que podía renovar la relación con Dios. De hecho, Isaías vio en la celebración del sábado un vislumbre de lo que sería la salvación gozosa de los gentiles al lado de Israel (Is. 56:6-8).

Por otro lado es significativo que se asocie el Sabbat con el recuerdo de la liberación de la esclavitud en Egipto. La regulación mosaica de que aun los esclavos debían descansar indica con toda claridad una intencionalidad en la institución del día de reposo de favorecer a toda persona sin distingo de género, o de condición social.  ¡El sábado era liberador!

 Una teología aplicada del sábado

Al reflexionar en el sentido de la institución del sábado y  la forma en la que este toca la vida del pueblo de Dios, y en particular la vida de los creyentes de hoy, podemos señalar, al menos, tres aspectos significativos.

Guardar el día de reposo expresaba la convicción del creyente de que el tiempo “pertenece al Señor”. Desde el AT se establece que el sábado estaba asociado con la adoración a Dios. Esto se aprecia en pasajes como Nm. 28:9-10; Ezq. 46:4,12; Is. 66:23. Dedicar un día a la semana a dar culto a Dios es una forma de expresar nuestra fe de que nuestro bienestar (personal y familiar) no depende de nuestra capacidad, trabajo duro  ni de nuestra sagacidad para los negocios. En otras palabras es un anuncio de que como creyentes confiamos en la providencia de Dios (Is. 30:15-18).

El Sabbat habla en el AT de la urgente necesidad de redirigir nuestros pensamientos de lo cotidiano a lo trascendente, de la tiranía de lo urgente a lo que realmente es importante. O dicho de una forma más mística: se trata de pasar de estar pensando solo en el pan de cada día para ocuparnos de una “reflexión espiritual profunda”.

Así la institución de un día de reposo dedicado a la reflexión de la palabra de Dios y a adorarlo indica un rendirnos a él y un salto de fe. Recuérdese que el sábado se extendía incluso a la tierra. Aquí se nos permite discernir una sana teología de la tierra. El Creador ama su creación, de ahí que dentro de las estipulaciones del pacto se pide que la tierra descanse (recuperación de nutrientes). Dios es diferente al orden creado (él es trascendente) por lo que la propuesta de la Nueva Era de que Dios es uno con la naturaleza y por tanto que la naturaleza es al mismo tiempo divina no surge de la Biblia ni de la teología cristiana.

Después de haber dicho lo anterior no podemos olvidar que también existe una dimensión escatológica del “día de reposo”. Si no se le toma en cuenta uno puede caer en el error de obligar a los cristianos a guardar “exclusivamente” el sábado. De hecho la iglesia del siglo I se sintió en completa libertad de sustituir el sábado por el día de la resurrección.

Al principio los cristianos asistían los sábados a las sinagogas (Hch. 17:1; 18:26) y en Jerusalén asistían al templo a orar (Hch. 3:1) ¡Esto era normal con una comunidad de judíos files que deseaban de todo corazón honrar a Dios y ver restaurado a su pueblo! De acuerdo con la enseñanza de Jesús, para Dios es más importante la vida del ser humano que la institución del sábado cuando por mantenerlo se menosprecia el valor de la vida y el bienestar de la persona (Mrc. 2:23-28). Sin duda esta sería la semilla que germinaría años más tarde en un nuevo entendimiento del Shabbat.

También tenemos evidencia que los cristianos del siglo I comenzaron a reunirse el primer día de la semana (Hch. 20:7; 1Cor.16:2; Ap. 1:10; Ro. 14:5-6; Ga. 4:8-11; Col.2:16-17; Hch. 15:28-29) esto sin duda en recuerdo y celebración de la resurrección del Señor (Jn. 20:1; Mrc. 16:1,2). Nótese que ellos se reunían para “partir el pan”, una forma de hablar de la Cena del Señor (Hch. 20:7 cf. 1Cor. 11:17-34). Un detalle significativo es que el día de Pentecostés, el Espíritu descendió sobre la iglesia y esto ocurrió un domingo, Hch. 2:1

Ya para la fecha de escritura del último libro de la Biblia, el Apocalipsis, cerca del 95 d.C. se había acuñado la frase “día del Señor” (Ap. 1:10). Posiblemente esto se refiere al primer día de la semana, al que hoy se le llama domingo. Por esta misma fecha un funcionario romano llamado Plinio, en una carta dirigida al emperador Trajano reporta que “los cristianos se reúnen al amanecer en un día determinado para adorar a Cristo. Luego ese mismo día se vuelven a reunir para participar de una cena”[vii].

Justino Mártir (muerto alrededor del 165 d.C.) testifica que la iglesia cristiana de su tiempo se reunía los domingos para leer las Escrituras, tener una exhortación por parte del que preside la reunión y tener tiempo de oración. También celebraban la cena del Señor (Apolog. 1, 67:3-6).

De los líderes de la iglesia del siglo II nos ha quedado el testimonio de que el día del Señor era el nombre que se le dio al primer día de la semana, día en el que se reunían para celebrar  sus cultos.  Así por ejemplo, Ignacio de Antioquía exhorta a los creyentes de Magnesia que vivan “sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor” (Ad. Mag. IX.1).

En la Didajé (120 d.C.) se dice que “Cuando os reuniereis en el domingo del Señor, partid el pan, y para que el sacrificio sea puro, dad gracias después de haber confesado vuestros pecados” (14:1). Esto es una evidencia de un cambio muy temprano en cuanto a la costumbre de reunirse el domingo en vez del sábado.

La evidencia bíblica como extra bíblica nos indica que después de la resurrección los primeros cristianos entraron en un proceso en el que se abandonó el sábado como institución, pero se vivió en el espíritu del sábado: el disfrute de la salvación que Dios da a su pueblo en Cristo.

En términos prácticos el día de descanso es una forma de liberarse de la esclavitud del activismo (o de la adicción al trabajo, lo cual sugiere una mentalidad centrada en los logros y el dinero resultante de los mismos) por lo tanto es también una manera de liberarnos de la ansiedad. El  Sal. 37: 1-11 tiene mucho que decir al respecto. El creyente que entiende los principios de este salmo es el que logra vivir de acuerdo con Mt. 6:25-34, y esto porque él o ella confía que “el amado de Jehová habitará confiado cerca de él…y entre sus hombros morará” (Dt.33:12).

Ahora bien, tal libertad es a la vez una participación de la obra salvífica de Dios ya que a la luz del Nuevo Testamento, como ya mencionara, el Sabbat era desde los día de Moisés un anuncio de la salvación que Dios traería por medio del descendiente de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15).  Por esto en la sinagoga de Nazaret, Jesús al leer el texto de Is. 66, anuncio que  la oferta de Dios del “año agradable del Señor”, es decir del año sabático del Señor, ahora estaba disponible para todos por medio de él (Lc. 4:16-22).

En este sentido, cada vez que la comunidad judía guardaba el Sabbat, sin darse cuenta estaba anunciando la salvación que sería otorgada por medio de la obra de Cristo en la cruz. Es por eso que si un ser humano se vuelve en fe a Jesucristo entra en el reposo de Dios, es decir en el Sabbat de Dios. Solo que este Sabbat no se refiere ya solo al séptimo día, sino que se refiere a la experiencia diaria de la salvación.

Que el sábado estaba asociado con la salvación escatológica queda claro a  la luz de Is. 56:13-14 y de Is. 66:23. Y sobre todo de lo dicho en Heb. 4:1-11 y en la visión del Ap. 14:13. Cuando Pablo afirmó “he aquí el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2Cor. 6:2) es posible que aluda a esta comprensión del sábado.

Tanto la evidencia del Nuevo Testamento como la de los escritos de los Padres de la Iglesia nos permite afirmar que el creyente en Cristo no está obligado a guardar el séptimo día (como lo afirman los grupos sabatistas) y que por lo tanto no hay nada malo en congregarnos el domingo (del latín día del Señor)

Conclusión:

El sábado fue establecido por Dios como una institución  que serviría como instrumento histórico de bendición y equilibrio social en Israel y a la vez como anuncio profético de la salvación que traería Jesucristo.          Como creyentes cometería un error si nos aferráramos al mandato de guardar el séptimo día pues la gracia de Dios nos ha redimido de los aspectos rituales de la Ley. Pero por otro lado, negar la necesidad de un espacio para descansar y poder adorar a Dios sería de igual manera un error.


[i] A esto se le llama en teología la providencia de Dios. Véase Gn. 1:1; Jer. 27:5; Ap. 4:11.

[ii] La vocación del ser humano en el Edén era “cultivar la tierra” (Gn. 2:5b). En la época de Moisés Dios les dará leyes precisas en cuanto al descanso de la tierra

[iii] J. C. McCann, Jr., Sabbath, en International Standard Bible Encyclopedia vol. IV, p.247.  La palabra sabbat aparece también en una forma extendida sabbátón para designar ciertos días de fiesta y de reposo que no necesariamente caían en el séptimo día. Cf. R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento. Barcelona: Ed. Herder, 1985, p.599.

[iv] El libro conocido como La Misná recoge las tradiciones rábinicas que recopilara Rabí Yehudá alrededordel 200 d.C. El tema del sábado aparece en: Shab 1:10; 2:7; 1:5,6,9; Erub 4:1,5,7,11;2:3; 10:4.  Es muy significativolo que dice Erub 4:3, hablando de la distancia permitida en día sábado se dice “Todo el que haya salido por razón de salvar (a otro), puede volver a su lugar”.

[v] Cf. Comentario del contexto cultural de la Biblia: Antiguo Testamento.  John H. Walton, et al, ed., El Paso: Ed. Mundo Hispano, 2004, p. 115

[vi] Como tal, el sábado era una fiesta jubilosa, pero que si no iba aparejada de una vida recta delante del Señor, a éste no le agradaría que se celebrara (Is. 1:13).

[vii] Cf. Carta a Trajano X.96.7. Citado por  D.K. Lowery, Lord´s Day, en: Evangelical Dictionary of Theology. Walt. Elwell, ed. 1984, p. 649.

«El sábado: una teología del descanso en la vida del pueblo de Dios,» José Antonio Siles, Seminario ESEPA, San José, Costa Rica

10 respuestas

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  1. Saludos, me parece muy razonable el artículo. Unos puntos:

    . Cuando decimos que los creyentes comenzaron a reunirse el primer día de la semana (según nos dice la Escritura) debemos tener presente que el día judío comienza al atardecer, es decir que terminando el shabbat judío (siendo aún sábado para nosotros) ya comienza el 1er día de la semana.

    . El partimiento del pan era una costumbre judía donde después de terminado el shabbat los creyentes se quedaban reunidos en las casas compartiendo unos con otros. Esto era señal de confraternidad e unión que amenizaban con anécdotas de vivencias y asuntos de la fe, así como exhortaciones bíblicas compartiendo pan (que en esa cultura era señal de distinción y confianza). Lo que hoy se conoce como «cena del señor» es una simbiosis de la pascua judía (una vez al año) y esta costumbre del partimiento del pan que era semanal al anochecer del sábado.

    . Siendo la celebración de la Pascua judía en fecha calendario (no por día específico, del 14 al 21 de nisán) contar 50 días después no me queda claro que pentecostés ese año haya caído domingo, al menos no me parece haberlo visto en la Escritura.

    . La frase que Juan utiliza «día del señor» (traducida más tarde como «dominus dei») no la utiliza por ser domingo, sino por la fiesta. Juan se encuentra en un día santo (en Israel no solo el shabbat es santo), bien pudo haber sido domingo, o lunes o martes o cualquier otro día.

    . Recuerden que «dia del señor» también se le decía al domingo (1er día de la semana) como reconocimiento al emperador y que todos debían dar culto, los cristianos que se quieren separar de Israel toman ese día reconociendo que su rey es Cristo y le adoran a el. Esto evitaba ciertos conflictos con roma.

    . Nosotros como redimidos de entre las naciones no estamos obligados a guardar el séptimo día de manera específica, si queremos podemos hacerlo pero no pacto, los que sí deben hacerlo son los judíos.

    El sábado como descanso espiritual transciente todos los ritos y liturgias humanas, el hombre necesita un día cesar de sus labores y recordarse y tener comunión especial con su Creador.

    Paz!

    angel soto

    03/11/2012 at 10:26 pm

    • Hola Angel, bendiciones.

      Creo que ha respondido a su propia pregunta – los cristianos griegos NO observaron la tradición judía de iniciar el día al atardecer, sino el formulario grecorromano: vea Mateo 27:45, Marcos 15:25, Lucas 23:44. El Señor Jesús también usó el sistema supuestamente «pagano» – Mateo 20:2-12.

      Dice los evangelios que el Señor se levantó la mañana del primer día de la semana, no el sábado.

      Las referencias más ancianas a los cultos cristianos dicen que ellos se reunían el primer día de la semana, siguiendo el calendario romano – el domingo en la mañana y luego el domingo al atardecer.

      No sé de ninguna indicación de que el día del Señor es una fiesta judía – ¿de dónde su información?

      No existe ninguna evidencia histórica de que el emperador exigió adoración el primer día de la semana, o sea, los domingos; de hecho es imposible, pues los romanos no observaron una semana de 7 días. ¿De dónde su información?

      Bendiciones.

      Gary Shogren

      10/11/2012 at 2:56 am

      • Hola Gary, gracias por responder.

        De hecho, no he realizado ninguna pregunta sólo afirmaciones.

        No veo inconvenientes en que los «cristianos griegos» no observaran el método judío, puesto que si no eran estrictamente prosélitos no estaban obligados a hacerlo.

        Si se refiere a la resurrección de Jesús no he encontrado evidencia bíblica específica que nos indique (como usted cita) que éste se haya levantado en la mañana del primer día de la semana. Sabemos que las Marías sí fueron en este período de tiempo según nos indican mateo 28, Marcos 16, Lucas 24, pero no que en ese preciso momento Jesús haya resucitado, de hecho Juan 20 nos dice que «aun estaba oscuro» y ya el cuerpo no estaba (no había amanecido).

        El día del Señor no es una fiesta judía, a las fiestas judías (cualquiera) también se les llama Yom Tov (día bueno) en algunas traducciones pasa a «día del Señor» como el caso de Juan (Apoc 1:10) que he citado.

        Aunque no para sí, el emperador exigió adoración el primer día de la semana, sabemos que Constantino llamó al domingo “el venerable día del sol”, el domingo debía ser el día de adoración del dios sol.

        Con respecto a esto, la historia cristiana testifica:

        “El primer día de la semana se proclamó como día de descanso y de adoración. Su observancia pronto llegó a generalizarse en todo el imperio. En 321 d.C., Constantino prohibió que las cortes se abriesen los domingos, excepto con el propósito de liberar esclavos. También en ese día los soldados tenían la orden de no hacer sus ejercicios militares diarios. Sin embargo, los juegos públicos continuaron el domingo, con la tendencia de hacer de ese día uno de fiesta en vez de santo.” (Jesse Lyman Hurlbut, “Historia de la Iglesia Cristiana”, pp. 71-72)

        Aunque la semana de 7 días no era de origen romana, Roma sí la utilizó después de ser imperio, que es el contexto histórico que nos ocupa.

        Reciba Paz!

        angel soto

        02/12/2012 at 4:31 am

      • Hola Angel, bendiciones,

        Usted dice que «Aunque no para sí, el emperador exigió adoración el primer día de la semana, sabemos que Constantino llamó al domingo “el venerable día del sol”, el domingo debía ser el día de adoración del dios sol.» Usted está equivocado en esto. Constantino no cambió el día de adoración, solamente afirmó la práctica universal de la iglesia por 250 años. Cada reference al día de adoración antes de Constantino dice que el primer día de la semana judía era el día para la reunión de la iglesia.

        Hurlbut no tiene razón, el primer día NO fue un día de descanso para cristianos, pues antes del fin del siglo 4 fue un día como los demás.

        A propósito, hay recursos mucho mejores que el de Hurlbut, quien fue un maestro de escuela dominical del siglo 19. Yo le recomendaría los dos recursos de Intervarsity, Nuevo Comentario Bíblico y Nuevo Diccionary Bíblico, son excelentes y tienen información actualizada sobre la Biblia, la historia, etc.

        Gary Shogren

        03/12/2012 at 11:07 pm

  2. Es la observancia del sábado una enseñanza que Pablo, Pedro y Juan le enseñaron a la iglesia? En tal caso de que no sea así, será que ellos no hablaron sobre eso pues era algo indiscutible, pues es parte del 4 mandamiento. Cuando Juan dice: El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. (1 Juan 2:3, 4 NVI) a qué mandamientos se refiere? está incluido el sábado?

    Eivert Caridad

    17/12/2012 at 6:40 am

  3. Pablo dice que el que vive por la ley por ella sera juzgado que duro. Y en el primer concilio Apostólico para mi espero no equivocarme en Hch 15 Pablo dice que porque se trata de imponer leyes a los gentiles que ni ellos mismos ni sus antepasados pudieron cumplir, ahora nosotros los creyentes no guardamos un día en especifico para Dios porque 1 Cristo es nuestro reposo, 2 Y ahora guardamos todos los días porque absolutamente todos los días son del Señor y debemos por obligación espiritual y moral como creyentes, creo yo tener comunión o común unión con Él todos los días y apartar un tiempo de cada día para tener relación con Él y si ademas en el contexto latinoamericano y el de Costa Rica en especial se trabaja de lunes a viernes algunos 5 días por sino pueden contar y de lunes a sábado otros 6 días así que descansamos el domingo y punto cumplido 6 días trabajaras y uno descansaras. O esa que tenemos otro calendario. Cristo el cumplimiento de la ley por cuanto era imposible para los humanos cumplirla, gracia regalo inmerecido de Dios para nosotros, Él nos trae salvación de a regalado, la ley cumple esto o has esto y vivirás. Cristo gracia plena y eterna cree y vive esto y te salvaras, es al que cree y le recibe Juan 1:12.

    Marco Antonio

    20/12/2012 at 4:39 am

  4. Esto es un tema que me complica y no salgo de duda, siempre he aceptado que el sabado no se debe guardar sin preguntar porque, solo porque dicen que es el tiempo de la gracia, lo acepte sin nada mas, pero ahora que leo que dice Jesús: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” pero en otro pasaje dice que Jesús abolio o rompío no se como decirlo, el día de reposo, pero luego dice que «orad que vuestra huidad no sea en invierno ni en DÍA DE REPOSO, y en otro pasaje que Jesús es el fin de la ley.» me deja contradecido :S

    Cristo Pronto Viene

    31/12/2014 at 10:14 pm

    • Hola hermano!

      El Nuevo Testamento afirma que el dia de reposo en el cuarto mandamiento no es nada para los creyentes gentiles. Tampoco las otras reglas de Torá, por ejemplo, sobre cuáles telas debemos ponernos, etc.

      Jesús no abolió la Ley, pero sí la cumplió. Y si andamos en amor, eso es el cumplimiento que Dios quisiera en nuestra vida (Rom 13:3 – «No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.»)

      Gary Shogren

      05/01/2015 at 9:07 am

  5. […] Artículo “El sábado: una teología del descanso en la vida del pueblo de Dios” en https://razondelaesperanza.com/2012/09/07/el-sabado-una-teologia-del-descanso-en-la-vida-del-pueblo-d… […]


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