Archive for the ‘Clinton Arnold’ Category
¡Pruebe Jobes, comentario de 1, 2 y 3 Juan!
¡Recomiendo el comentario de las cartas juaninas por Karen Jobes! Es parte de la serie Comentario Exegético-Práctico del Nuevo Testamento (CEPNT), publicado por Andamio. He aquí una descripción de la serie. Se puede comprar de Andamio o de Amazon. También puede comprar mi comentario de 1-2 Tesalonicenses allí.
He aquí unos de sus pensamientos sobre el comentario:
- Trabajo desde la suposición razonada de que el autor de las cartas de Juan fue la misma persona que escribió el cuarto evangelio o un estrecho colaborador suyo. Esta escritora no comparte muchas de las suposiciones de la erudición del siglo XX que conducen a la conclusión de que el autor no podría haber sido el apóstol Juan.
- Sostengo la tesis de que, aunque las cartas deben tener su propia voz, no pueden entenderse adecuadamente sin hacer referencia al evangelio de Juan como marco interpretativo de las metáforas, imágenes y teologia común a ambas partes.
- Aunque admito que un estrecho colaborador del discípulo amado puede haber dado forma final a un evangelio ya esencialmente completo, no asumo una composición ampliada del cuarto evangelio dentro de la cual se deben colocar las tres cartas juaninas. Este comentario desea distanciarse de las reconstrucciones más especulativas sobre la comunidad juanina basadas en suposiciones de que existía una historia redactada del evangelio como con texto histórico según el cual se deben interpretar las cartas, y por canto no dialogará sistemáticamente con interpretes cuya obra se haya basado en ese tipo de reconstrucciones.
«¡Pruebe Jobes, 1, 2 y 3 Juan!» por Gary S. Shogren, Profesor de Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San José, Costa Rica
¡Pruebe Arnold, comentario de Efesios!
¡Recomiendo el comentario de Efesios por nuestro amigo Clinton Arnold! Es parte de la serie Comentario Exegético-Práctico del Nuevo Testamento (CEPNT), publicado por Andamio; Arnold también es el editor de la serie. He aquí una descripción de la serie. Se puede comprar de Andamio, de Amazon, de Kindle, y de Logos. También puede comprar mi comentario de 1-2 Tesalonicenses allí.
Aquí una selección:
Humanidad atrapada en la esclavitud
Toda la humanidad está atrapada sin poder escapar de una forma triple de esclavitud.
Pablo utiliza la palabra “muertos” para caracterizar esta esclavitud. Alguien que está muerto ha perdido toda habilidad para funcionar, razonar o sentir. Lo que resulta irónico es que en el retrato que Pablo hace de los muertos en este pasaje éstos mantienen su habilidad para caminar y actuar. Simplemente han sido separados del Autor de la vida y no tienen deseo alguno ni habilidad para complacerle o para relacionarse con él, su Hacedor. Pablo enseña en este pasaje que no hay nada que puedan hacer los muertos para ganarse el favor de Dios y especialmente su salvación. No hay señal de que ni siquiera lo deseen porque toda su vida está bajo el control de tres fuerzas poderosas que determinan su conducta diaria y su modo de pensar.
Ha quedado demostrado que el mundo, el diablo y la carne son poderes persuasivos que llevan a la humanidad a cometer actos que se desvían del carácter santo y justo de Dios. En el NT hay numerosos testimonios sobre estos tres poderes esclavizadores en las enseñanzas de Jesús, Juan, Lucas, Pedro y Santiago, aunque utilicen un vocabulario distinto. Estas tres fuerzas juntas forman una atadura ineludible, una trampa mortal que mantiene a la humanidad alejada de Dios y sobre una senda diaria de pecado tanto de pensamiento como de conducta.
Podríamos decir que una de estas fuerzas es externa a nosotros, otra es interna, y la otra obra poderosamente a través de las primeras dos además de directamente. La “edad de este mundo” es el medio político, social, económico y cultural insano e impío en el que vivimos. Representa el mal organizado en forma de presión social, ideología, sistemas y estructuras que nos proporcionan un guion de cómo vivir la vida separados de Dios y de sus propósitos. La “carne” es la tendencia e inclinación interior al mal. Es nuestra condición de criatura, infectada por las implicaciones de la caída de Adán, la que nos impulsa a actuar de forma contraria a la que Dios desea que hagamos. Representa una inclinación hacia nosotros mismos y a alejarnos de Dios. “El príncipe de la potestad del aire,” el diablo, es un espíritu inteligente y poderoso que es absolutamente malvado e intenta realizar el mayor mal posible en las vidas de los individuos y a través de ellos en la sociedad.
Los gentiles y judíos que viven en la época de Pablo no tendrían problema alguno para entender y aceptar el diagnóstico de Pablo sobre el dilema humano. Algunos de los gentiles, no obstante, les puede haber resultado difícil entender la inclinación interior al mal que Pablo denomina la “carne,” especialmente si han vivido bajo la influencia de cualquier forma de estoicismo. Puede que estén más dispuesto a aceptar el “mundo” y la idea de los espíritus malignos. Los occidentales de la época contemporánea, por el contrario, a menudo tienen muchas más dificultades para aceptar la noción de un ser personal llamado diablo que influye en la humanidad a través de un ámbito de espíritus malignos. Algunos estudiosos han hablado de esto como lenguaje mitológico que refleja la visión obsoleta de Pablo que resulta irrelevante en nuestra sociedad moderna. Sin embargo, Pablo veía al diablo y a los espíritus malignos como una realidad con la que había que enfrentarse; y así lo han visto los creyentes a lo largo de los siglos, y en todas las culturas y grupos étnicos del mundo.
Cualquiera que sea la dificultad que se tenga para aceptar el diagnóstico de Pablo, este presenta una visión equilibrada en concordancia con el resto de la revelación bíblica y que es necesario integrar a la visión cristiana contemporánea sea cual sea su cultura.
«¡Pruebe Arnold, comentario en Efesios!» por Gary S. Shogren, Profesor de Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San José, Costa Rica