Archive for the ‘Eusebio’ Category
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El Don de Lenguas en la Iglesia del Siglo Segundo: una respuesta a Cleon Rogers
Este ensayo fue incluido en Robert W. Graves, ed., Strangers to Fire: When Tradition Trumps Scripture, 2016, con algunas actualizaciones. También será parte de mi libro, Cuando Venga el Consolador: Ensayos sobre el don del Espíritu y su poder en la iglesia, pendiente de Publicaciones Kerigma.
En 1965, Cleon Rogers publicó un breve estudio acerca del don de lenguas en los siglos posteriores a los apóstoles.[i] Es algo tardío refutar un artículo de hace medio siglo, pero ya que la gente continúa citándolo como autoridad, vale la pena señalar algunos de sus defectos lógicos e históricos.
Rogers examina a los Padres Apostólicos, Justino Mártir, Ireneo, Tertuliano, Orígenes, Crisóstomo; y resume así su argumento (Rogers, 143):
Después de examinar el testimonio de los primeros lideres cristianos, cuyo ministerio representa prácticamente cada área del imperio romano desde aproximadamente 100 a 400 d. C., surge la idea de que los dones milagrosos del primer siglo expiraron y no se necesitaron más para establecer el cristianismo. Además, es muy evidente que incluso si el don existiera, a pesar de todo testimonio que lo contradiga, no era una experiencia cristiana ni normal, ni esparcida. La única referencia clara de algo similar a dicho fenómeno está conectada con el hereje Montano y con aquellos influenciados por su punto de vista erróneo sobre el Espíritu. Toda la evidencia apunta a la verdad de la profecía de Pablo cuando dice: “cesarán las lenguas” (I Cor. 13:8).
Incluso para el lector que desea estar positivamente dispuesto, Rogers hace amplias afirmaciones a partir de escasa evidencia. Él también comete una serie de falacias lógicas y errores factuales, que examinaremos ahora.
- Argumento desde el silencio
Rogers precipitadamente reconoce que debe fiarse en el Argumentum ex silentio, pero propone que, en este caso, el silencio – o como debió decir, un pequeño testimonio Lee el resto de esta entrada »
¡Mis 5 Descubrimientos Arqueológicos Favoritos en Años Recientes!
Este artículo contiene muchas notas e imágenes; por eso, el lector podría descargarlo aquí: Shogren_Arqueologia del Nuevo Testamento
Usualmente es el Antiguo Testamento que obtiene toda la publicidad de los hallazgos arqueológicos, y por buenas razones: los israelitas habitaron la tierra durante siglos y dejaron atrás toda clase de artefactos. Jesús y los apóstoles no erigieron edificios o aportaron inscripciones o hicieron vasijas de barro especiales.
Sin embargo, la arqueología del Nuevo Testamento ha cosechado algunos excelentes y sorprendentes hallazgos. Mis criterios aquí son: hallazgos de los últimos años; hallazgos que revelan algún tipo de evidencia física para la historia del Nuevo Testamento; y francamente, cosas que yo encuentro geniales.[i] Consulte a un experto para el ranking de los hallazgos en orden de importancia erudita.
#5. El estanque de Betesda. El estanque de Siloé (Juan 9) fue descubierto en el 2005, y encaja muy nítidamente con la descripción bíblica del lugar donde el hombre ciego se lavó y fue sanado. El estanque de Betesda, por el contrario, fue descubierto hace tiempo, pero fue positivamente identificado solo recientemente. Estaba situado justo al norte del templo. En Juan 5, Jesús visita Betesda y ve al hombre cojo que había estado esperando durante años. Juan describe la estructura como un estanque “rodeado de cinco pórticos.” Ahora, una estructura de cinco lados hubiera sido inusual de hecho, y algunos escépticos descartaron la descripción de Juan y otros elementos de su evangelio como un mito. Pero lo cierto, es que la ruina de Betesda muestra que definitivamente sí tenía cinco columnatas y pórticos, tal como Juan lo describe – ¡y su extrañeza es probablemente la razón por la cual él la mencionó en primer lugar! Parece que el estanque era un mikveh, esto es, un lugar donde las personas se bañaban para purificarse antes de entrar al templo.[ii] El estanque de Betesda apoya lo que Juan dice, y sugiere que él tenía información confiable acerca de sus detalles, es decir, él no era una persona que simplemente estaba inventando la historia de Jesús de su imaginación.
#4. La sinagoga de Magdala. Nosotros recordamos Magdala principalmente porque le dio a María su apodo, María Magdalena Lee el resto de esta entrada »
El Emperador Constantino el Grande – ¿un villano o un héroe o qué?
Para muchos, el Emperador Constantino era un santo: en la iglesia ortodoxa él es uno de los “Isoapóstoles” (Igual-a-los-Apóstoles), un título dado a las personas (tales como Patricio, Cirilo el evangelista de Rusia y otros) quienes eran especialmente efectivos en el establecimiento del evangelio.
Para otros, Constantino el Grande era una herramienta del mal, un corruptor de la iglesia.
Los ataques contra Constantino vienen principalmente de varios cuadrantes. Algunos creyentes mesiánicos imaginan que él convirtió la iglesia en un movimiento gentil. Otros lo acusan de introducir prácticas paganas en la iglesia. Los Adventistas del Séptimo Día le atribuyen a él (o a algún Papa) el cambiar el Sabbat de Sábado a Domingo.[1] Los Testigos de Jehová piensan que él convirtió a Jesús en Dios, hizo a la cruz un símbolo del cristianismo, y estableció la Pascua y la Navidad. Todos estos grupos tienden a aliarse y a usar los mismos materiales como la base para sus ataques – por ejemplo, muchos grupos anti-Constantino citan de Babilonia Misterio Religioso – Antiguo y Moderno, por Ralph Woodrow (1966). Y ellos y Woodrow tomaron mucha de su “información” de Las Dos Babilonias (1858) de Alexander Hislop, otro intento sospechoso de conectar el Catolicismo Romano con la religión babilónica. Luego, Woodrow rechazó su propio libro, lo quitó del mercado, y publicó The Babylon Connection? en el cual dijo que, en efecto, que «fue toda la culpa de Hislop y su investigación superficial».[2] Más sobre esto se tratará más adelante.
¿Quién era Constantino? Lee el resto de esta entrada »