Razon de la esperanza

La verdad de Dios para el pueblo de Dios

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Mi Tiempo con el Corán – 2016

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Mi lectura del Corán es como un rockero tratando de descubrir, ¡¿Qué es, lo que está haciendo ese trío de jazz?! Sin embargo, si voy a opinar que el Corán es correcto, incorrecto, o indiferente, siento que yo debo al menos tener una conciencia básica, de primera mano, de qué es lo que en realidad dice. Esto, aunque las personas todo el tiempo comentan sobre libros que ellos todavía no han tenido el tiempo de leer; la Biblia en particular, no leída por muchos creyentes en la Biblia.[i]

Menciono esto porque, como usted, yo he visto ciertos memes en Facebook y libros que “prueban” que todos los musulmanes están “verdaderamente” en una yihad contra el Oeste; y cuando algunos musulmanes (aparentemente muy amables) afirman que ellos no están planeando atacarnos, bien, ellos están mintiendo, puesto que todos saben que en el islam está bien mentir acerca de no estar involucrado en la yihad con el fin de ser más efectivo en la yihad. ¿Ve mi dilema?

Vivimos en un mundo donde desde todas las direcciones, especialmente en las redes sociales, nosotros vemos citas sacadas de contexto. Amo el nuevo uso de la “falacia de evidencia incompleta,” un concepto siempre aplicado durante los años de una elección. Sucede “cuando solo evidencia seleccionada es presentada con el fin de persuadir a la audiencia a aceptar una posición, y la evidencia que va en contra de la posición es retenida. Entre más fuerte es la evidencia retenida, más falaz es el argumento.” (Del Urban Dictionary en inglés). Nos encontramos con supuestas citas de George Washington, Simón Bolivar, Albert Einstein, Gandhi, Marx, y los demás. Un fragmento de una frase de Historia de la Decadencia y Caída de Gibbon, también es prácticamente inútil a menos que sea leída en contexto.

De todos modos, yo tengo en mi lista de lectura la meta de ir ad fontes (latín, “regreso a las fuentes”) y leer libros de otras creencias, no objetivamente—lo cual es inalcanzable para cualquiera—sino directamente y sin mediación. Yo tengo una copia del Libro del Mormón esperando en el estante; una querida amiga hindú me regaló una hermosa edición del Bhagavad-Gita, también en mi lista; Las Analectas de Confucio las leí hace mucho, también la Misná y los Rollos del Mar Muerto y la literatura gnóstica. En el lado más loco, yo he leído los cuartetos proféticos de Nostradamus (no muy impresionante) y examiné algunas de las “exposiciones” raras de la iglesia católica de Charles Chiniquy. Yo leí Laudato Sii del Papa Francisco sobre asuntos ambientales y luego sobre su Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: el último en parte porque escuché en algún lugar que prometía enviar a los protestantes a la guillotina en una Inquisición del Siglo 21; resultó que, ¡no mencionaba la decapitación o ningún otro derramamiento de sangre!

Yo también quería leer el Corán debido a un fenómeno que es bastante obvio en una búsqueda en Google, que hay apologistas musulmanes que leen cuidadosamente la Biblia—con el fin de refutarla.[ii]

Así que, esta era mi primera vez a través del Corán, y yo fui de tapa a tapa. Yo busqué algunos puntos para aclarar lo que yo estaba viendo, pero traté de evitar las interpretaciones “Jadit” u otros puntos de vista, excepto por aquellos que yo leí después acerca de la yihad. Era un tiempo de “Regreso al Corán.”

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Permítame darle algunas observaciones amplias, de un cristiano para cristianos, y luego dirigirme a temas específicos.

Algunas observaciones generales y literarias Lee el resto de esta entrada »

Seleccion de Christopher Wright, La Mision de Dios

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Gary dice: De vez en cuando se encuentra un libro que expresa la verdad del evangelio de una manera clarísima. He aquí una selección de Christopher Wright, La Misión de Dios: Descubriendo el Gran Mensaje de la Biblia (Buenos Aires: Certeza Unida, 2009). En especial, él demuestra que el Eterno es Señor y Redentor de todas las naciones, y que los gentiles pueden recibir el evangelio sin convertirse al judaísmo. Aquí una selección (pag. 683-86) en la cual cita a Richard Bauckham:

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Jacobo y el Concilio de Jerusalén. La combinación de la misión de Pedro a Cornelio y el éxito de la misión de la iglesia de Antioquía en Asia Menor y Chipre, por medio de Pablo y Bernabé, produjo un gran problema teológico. El primer Concilio de Jerusalén se convocó en el año 48 d.C. para resolver el asunto y el informe de este hecho fundamental de la misión cristiana primitiva se encuentra en Hechos 15.

Lo primero que cabe decir es que el tema en discusión no era la legitimidad de la misión gentil en sí misma. La pregunta no era si estaba bien llevar el evangelio a los gentiles sino en qué condiciones y bajo qué criterios se podía admitir a los gentiles convertidos en la nueva comunidad del pueblo de Dios. Es importante subrayar esto porque hay quienes argumentan contra la autenticidad de los registros del evangelio sobre la Gran Comisión, sobre la base de que parece ser desconocida en este concilio en Jerusalén. Es decir, según esta perspectiva, si Jesús alguna vez pronunció las palabras que se le atribuyen al final de Mateo y Lucas (a saber, un mandato explícito de ir a los gentiles), entonces eso hubiera sido un argumento contundente al que Jacobo, Pablo y Pedro podían apelar contra los cristianos judíos más conservadores y sus escrúpulos.

No obstante, esto interpreta mal la situación en Hechos 15. La noticia de la conversión de los gentiles fue recibida con gozo (v. 3), en tanto que los apóstoles misioneros fueron bienvenidos en Jerusalén (v. 4). El punto no era la legitimidad del esfuerzo por llevar los gentiles a la fe y a la conversión; era si los gentiles convertidos podían ser aceptados en la iglesia sin la circuncisión y la observancia de la ley (es decir, sin convertirse en verdaderos prosélitos del judaísmo). Los creyentes judíos conservadores insistían que así era el caso. Los apóstoles, (incluyendo Pedro y Jacobo, junto con Pablo) afirmaban que la nueva realidad inaugurada por el Mesías volvía innecesarios los requerimientos de prosélito.

Este asunto (los términos de la conversión) no se hubiera resuelto simplemente apelando al mandato de Jesús de ir a los gentiles. Ambas partes hubieran aceptado y estado de acuerdo en eso: las buenas nuevas eran para los gentiles que debían ser llevados a un discipulado obediente. La pregunta era, ¿qué implicaba ese discipulado, y cuáles eran las condiciones de ingreso? ¿Tenían los gentiles que hacerse judíos aparte de creer en Jesús?

Estaríamos equivocados si culpáramos a los cristianos judíos que exigían la circuncisión a los creyentes gentiles de ignorar las promesas hechas a los gentiles en las Sagradas Escrituras. Indudablemente reconocían esas promesas, pero…las interpretaban como un llamado a hacerse prosélitos cumplidores de la ley y circuncidados. [1]

El segundo punto importante a tener en cuenta en este informe es el cuidado con que Jacobo asocia ciertos pasajes proféticos en un argumento exegético de notable habilidad y sutileza. El pasaje principal, por supuesto, es Amos 9.11-12, pero alrededor de éste hay resonancias de Oseas 3.5 (‘después de estas cosas’, referido al regreso escatológico del Señor y a la restauración del gobierno davídico), Jeremías 12.15 (la promesa de que otras naciones pueden incorporase en medio del pueblo de Dios) e Isaías 45.21 (que Dios había declarado mucho antes su intención de reunir a las naciones gentiles). Dentro de este marco Jacobo cita Amos 9.11-12 que mira por un lado a la restauración del ‘tabernáculo caído de David’ (RVR95), lo cual con seguridad se entendía como una referencia al templo escatológico, es decir, el pueblo mesiánico de Dios; y por el otro lado, mira a la inclusión de los gentiles como aquellos que ‘llevan mi nombre [del Señor]’, es decir, que son considerados como pertenecientes a Israel simplemente como gentiles, no como habiéndose convertido en judíos prosélitos.

El estudio más completo y satisfactorio de este pasaje complejo lo ha realizado Richard Bauckham. Sus conclusiones son claras y convincentes. La comunidad cristiana primitiva se consideraba el templo escatológico que Jesús había prometido construir. A diferencia del templo físico, los gentiles podían ser admitidos en este nuevo templo mesiánico sin los requerimientos de proselitismo, y se podía fundamentar la legitimidad, incluso la antigüedad de esa interpretación, con pasajes de las Escrituras.

Hechos 15.16-18 no es el único texto que asocia la inclusión de los gentiles en el pueblo escatológico de Dios con una interpretación del templo escatológico como el pueblo escatológico de Dios. Efesios 2.11-22 y 1 Pedro 2.4-10 hacen lo mismo…. Esta asociación de ideas tiene que haber sido de importancia fundamental. El templo era el corazón de Israel. Era el lugar donde el pueblo de Dios tenía acceso a la presencia de Dios, mientras que a los gentiles, admitidos únicamente en los patios externos del Segundo Templo, les estaba prohibido, bajo pena de muerte, el ingreso a los recintos sagrados. Un pueblo de Dios definido por y centrado en ese templo como lugar de la morada de Dios con ellos, no podía incluir a los gentiles a menos que se hicieran judíos. Pero numerosas profecías describen el templo de la era mesiánica como un lugar donde los gentiles entrarían a la presencia de Dios (Salmo 96.7-8; Isaías 2.2-3; 25.6; 56.6-7; 66.23; Jeremías 3.17; Miqueas 4.1-2; Zacarías 14.16; 1 Enoc 90.33 [2]). Si se las entiende como referidas a los gentiles en tanto gentiles, en lugar de como prosélitos, la concepción que de sí misma tenía la iglesia primitiva como templo escatológico, como lugar de la presencia de Dios, podía aceptar la inclusión de los gentiles sin que se convirtieran en judíos por la circuncisión y la plena observancia de la ley mosaica. Por lo tanto, es completamente posible que Amos 9.11-12, interpretado como la profecía de que Dios construiría el templo escatológico (la comunidad cristiana) de tal modo que los gentiles pudieran buscar allí su presencia, hubiera jugado un papel decisivo en el debate y la decisión de la iglesia de Jerusalén acerca del lugar de los gentiles cristianos. …La significación de Amos 9.12, especialmente en la LXX, es muy cercana a la de Zacarías 2.11 (Hebreos 2.15): ‘En aquel día, muchas naciones se unirán al SEÑOR. Ellas serán mi [LXX, ‘SU’] pueblo’. Pero mientras este pasaje se puede interpretar más fácilmente como que los gentiles se unirán al pueblo de Dios como prosélitos, Amos 9.12 dice que las naciones en cuanto naciones gentiles pertenecen a YHVH. NO implica que tengan que hacerse judías, sino que ‘todas las naciones’ están incluidas en la relación de pacto. Es dudoso que se pudiera haber usado algún otro pasaje del Antiguo Testamento para arrojar más claridad sobre este punto. [3]

NOTAS:

[1] (originalmente nota 24) Jostein Ådna, “James’ Position at the Summit Meeting of the Apostles and Elders in Jerusalem (Acts 15)”, en The Mission of the Early Church to Jews and Gentiles, ed. Jostein Ådna y Hans Kvalvein, Mohr Siebek, Tübingen, 2000, p. 148.

[2]  El texto de 1 Enoc 90.33 es: “Todos los que habían perecido y habían sido dispersados, todas las bestias del campo y todas las aves del cielo se reunieron en esa casa. El dueño de las ovejas se alegró muchísimo, pues todos eran buenos y habían vuelto a su casa.” [versión Diez Macho]. 1 Enoc no es un libro canónico ni inspirado, sin embargo, es un testimonio de la teología del judaísmo del Segundo Templo.

[3] (originalmente nota 25) Richard Bauckham, ‘James and the Gentiles (Acts 15.13-21)’, en History, Literature, and Society in the Book of Acts, ed. Ben Witherington III, Cambridge University Press, Cambridge, 1996, pp. 167, 169.

Una introducción a la Torah del Mesías

«Seleccion de Christopher Wright, La Mision de Dios,» citado por Gary S. Shogren, Profesor de Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San José, Costa Rica

Written by Gary Shogren

11/03/2016 at 5:12 pm

Publicado en 1a de Corintios, 1a de Pedro, 1a de Timoteo, 1a y 2a de Tesalonicenses, 2 Corintios, Abraham, Adam, Adoración, Amar amor, Antiguo Pacto, Antiguo Testamento Interpretación, Apocalipsis, Ascensión, Ética, Biblia, canon, Cartas generales, Cómo es Dios, Cefas Pedro, Christopher Wright, Colosenses, Comida kosher, Conversos, Creacion, Creador, Cristología, crucifixion, Cuerpo de Cristo, Cultura, Deidad de Cristo, Descanso, Devocional, Diez mandamientos, Diluvio, discernimiento, Discipulado, Discipulado, Efesios, El apóstol Pablo, El Judaismo, El Mesías, Enoc Henoc, Epistolas cartas, Esenios, Espiritu Santo, Estudio biblico, Exodo, Ezequiel, Filipenses, Galatas, Génesis, gentil, Gentiles, gracias, Hebreos, Hechos de los Apóstoles, hermeneutica, Historia, Historia de la Iglesia, Humanidad de Cristo, Iesous, Inspiración de la Biblia, Isaías, Israel, Israel, Jeremias, Joel, Juan, Jucio Final, judaizante, Judíos netzaritas, Ketuvim, La Iglesia, Libros apocalípticos, Lucas, Malaquias, Marcos, Marranos, Mateo, mediador, Mesianico, Mesianismo, Mesianismo mesianico, Metodos de estudiar la Biblia, misioneros, Misioneros latinoamericanos, Misiones, mujer samaritana, Nebiim, Nevim, Noe, Noe, Nuevo nacimiento, Nuevo Pacto, Nuevo Pacto, Nuevo Testamento Interpretación, Oración, paracleto, Pecado, Perdón de pecado, Qumran, Resurreccion, Resurreccion, Romanos, Sabado, Sabado, Sabat sabbat, Sacerdote, Salmos, Salvación, salvador, Sana doctrina, Santiago, Santificacion, Señor, Señorío, Segunda venida, Septuaginta, Setimo dia, Shabat, Sinopticos, Teología, Timoteo, Tito, Tora, Torah, Trasfondo de la Biblia, Vida Cristiana, Voluntad de Dios, Yahushuah, Yeshua

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¿Hay apóstoles en esta época?

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En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y:  Tome otro su oficio. Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. (Hechos 1:15-21)

Vivimos en una época, según algunos, en la que Dios está restaurando el oficio apostólico de la misma forma como restauró la doctrina de la justificación en la Reforma. Para algunos, esto lleva el nombre de Nueva Reforma Apostólica y el llamado ministerio quíntuple. Dudo de la existencia de apóstoles en la actualidad, así que mencionamos ciertas falacias relacionadas con el don espiritual, o jarisma, del apostolado:

Falacia 1. Que todos los dones espirituales deben operar activamente en cada generación. Por supuesto, esta es la discusión que también ha tomado lugar en relación con todos los llamados “dones carismáticos.” Pero los casos son distintos: en el caso de las lenguas y de la profecía no existe, creemos, ninguna indicación clara en las Escrituras de que cesarían. Con el apostolado no sucede lo mismo. La única vez que se mencionaron unos criterios para ser apóstol fue en Hechos 1:21: tenían que servir no solo como divulgadores sino como testigos oculares de la resurrección de Cristo. Pablo declara lo mismo en 1 Corintios 9:1 – él había visto a Cristo. Este evento en el camino a Damasco fue más que una simple visión de Jesús, la cual muchos creyentes habían tenido. La experiencia de él fue una aparición auténtica de la resurrección.

Falacia 2. Que si hay apóstoles falsos hoy (y con seguridad los hay) entonces debe de haber apóstoles verdaderos. Porque, ¿cómo puede existir una falsificación si no existe el artículo auténtico? Esta lógica no tiene sustento. Por ejemplo, Jesús predijo que habría falsos mesías en los últimos tiempos (Mateo 24:5, 23-26), pero eso no requiere la presencia del verdadero Mesías sobre la tierra al mismo tiempo.

Falacia 3. Que la gente que lleva a cabo cosas de una naturaleza apostólica – evangelismo pionero, discipulado, fundación de iglesias, milagros y sanidades, una enseñanza inusualmente influyente – son, por tanto, apóstoles. De este modo, hablamos de Patricio como el apóstol de Irlanda. Pero este lenguaje no es exacto. El apelativo de Patricio es bueno si tomamos “apóstol” en su sentido más amplio (ver el ejemplo de los “apóstoles” o enviados Andrónico y Junia en Rom 16:7), pero nadie lo colocaría al lado de los Doce o de Pablo.

Pensemos bien acerca del fenómeno de los apóstoles modernos y veamos si ellos se adecúan a los estándares bíblicos. Los hechos son alarmantes:

  1. Hay una gran cantidad de nuevos apóstoles. Se podría argumentar, supongo, que matemáticamente no hay más apóstoles hoy de los que había hace 2000 años. Aunque, considerando que solo hubo una docena o algo así en los primeros días – y la mayoría murió en pocas décadas – parece haber un número desproporcionado en nuestros días y va en aumento rápidamente. Uno de los puntos de Pablo en 1 Corintios 9 o en 2 Corintios 10-12 es que el apostolado es por definición un don muy poco común. ¿Habría que esperar que en realidad cada barrio urbano tuviera sus propios apóstoles?, ¿o competirían esos “apóstoles” entre sí?
  1. Apóstol se define en términos de autoridad y control, no de servicio. Nuestro enemigo permanente levanta la cabeza una vez más: existe una tendencia natural en los humanos de querer dominar a otros, aun dentro del cuerpo de Cristo. Unos apóstoles modernos testifican que, para ellos, títulos como pastor o ministro no transmite suficiente peso para lo que ellos quieren hacer. Pero, recordemos que el apóstol Juan estaba contento con un título nada ostentoso, “anciano” (veáse 2 Juan 1 o 3 Juan 1). La recién inventada doctrina de la “cobertura apostólica” tiene poco que ver con la bendición de Dios, y mucho que ver con el ceder poder y dinero a un hombre ya poderoso y rico. No es de extrañar que estos “apóstoles” están rápidamente obteniendo la reputación de ser mujeriegos y estafadores: nadie tiene la autoridad de reprenderlos. (Leer 2  Cor 10-12 para encontrar estos seudo-apóstoles ya en la época de Pablo). Y cuando el tema de la predicación es, semana tras semana, por qué usted debe diezmar o sembrar más dinero – esto también es control y avaricia.
  1. El apostolado moderno no tiene el vínculo bíblico tan fuerte con el sufrimiento físico. Los auténticos apóstoles sufren, y punto. Los apóstoles modernos hablan de la energía que invierten en el ministerio, del tiempo y del esfuerzo. Hablan del rechazo personal y del dolor emocional que han experimentado. Les creo; pero, por otro lado, ¿quién en el ministerio cristiano no cuenta lo mismo? Y los misioneros que sirven entre los musulmanes o, por decirlo así, cualquier cristiano que trabaje en ciertos sectores de Colombia, también corren un riesgo mucho mayor de experimentar el sufrimiento verdadero que la mayoría de estos “apóstoles” actuales.

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  1. Los apóstoles se autoproclaman o reciben la unción de organizaciones fundadas por ellos o de las cuales son líderes. Una vez más nos encontramos con el viejo problema de saber cuál es la voluntad divina. Cómo saber a quién quiere Dios nombrar como apóstol (o pastor, o evangelista). La mayoría de nuestros apóstoles modernos se proclaman a sí mismos como tales, o los aclama alguien muy cercano a ellos. Yo soy apóstol porque Dios me lo dijo, y ustedes pueden estar seguros de que Dios me habló porque yo lo digo. Pero, ¡con seguridad la iglesia necesita más evidencia que este llamado es de Dios! Estos apóstoles de facto niegan que todos los creyentes son reyes y sacerdotes. Lea lo que Pablo dijo sobre este tipo de persona: «Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.» (2 Cor 10:12)
  1. Los apóstoles de hoy aparentan impartir nuevas enseñanzas. En algunos casos particulares parece que inventan nuevas doctrinas, o cambian la doctrina bíblica, especialmente en cuanto a la naturaleza de la guerra espiritual o a la segunda venida de Cristo. Además, el movimiento es portador de esta nueva doctrina de “prosperidad” o “rhēma,” un acercamiento al poder que no tiene nada que ver con la oración o la fe como la enseña la Biblia. Si queremos establecer el origen de la Nueva Reforma Apostólica, no debemos ir más allá del sistema católico-romano. Uno de los supuestos títulos del Papa es “apóstol,” y él y los obispos son considerados los intérpretes autoritarios de la Biblia (Catecismo de la Iglesia Católica §2034), como lo harían Pedro y Pablo si estuvieran vivos hoy en día. El Papa también tiene autoridad para nombrar obispos en cada ciudad y otorgarles autoridad apostólica. Este movimiento apostólico moderno sigue el patrón del sistema católico-romano con precisión. Si los no evangélicos encuentran esto repugnante, entonces deberían considerar igualmente repugnante que los apóstoles protestantes hagan lo mismo.

Debemos recordar que servimos al Señor quien nos dijo “que sea el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9:35). La gente más parecida a Cristo tiende a evitar los títulos de poder y a servir de una manera humilde.

«¿Hay apóstoles en esta época?» por Gary S. Shogren,  Ph. D., profesor de Nuevo Testamento en Seminario ESEPA, San José, Costa Rica. Este ensayo ha sido adaptado de su comentario sobre 1a de Corintios.

Doctorados en la Educación Teológica

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Casi nunca pongo un vínculo a otro blog aquí, pero este lo merece. El hermano demuestra que la iglesia a través del mundo merece lo mejor en educación teológica. Artículo en inglés.

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La “cruz” – ¿una mala palabra?

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maxresdefaultUsted va al parque central, donde siempre andan personas pidiendo limosna; vendiendo algo; predicando algún mensaje. De hecho, usted puede dar vueltas por ahí para ver las nuevas doctrinas que hay en el ambiente. En esta esquina hay alguien nuevo dirigiéndose a un grupo pequeño. Se le puede escuchar diciendo, “El corazón de mi mensaje es…” y luego él pronuncia una palabra obscena. Usted reacciona tarde y escucha con cuidado. De nuevo dice: “El poder para vivir, ser justo delante de Dios, la vida eterna es…” y él pronuncia la misma palabra. Usted grita: Oiga amigo, muchos niñitos corren por aquí y por allá y hay mujeres presentes – ¿no puede decir algo más agradable que…esa palabra?

Pero exactamente así debió haber parecido la ciudad griega del primer siglo, corriendo hacia un hombre el cual se llamaba Pablo el apóstol. ¿Su horrible palabra? Stauros, “Cruz.” Él predicaba un mensaje de la cruz, y “la cruz” misma era una palabra tan obscena que la gente educada no la usaba. Esa era la misión de Pablo, predicar un mensaje casi imposible de mencionar.

Es parte de la naturaleza humana buscar una religión más fina que esta. Naturalmente, preferimos una fe que nos da una guianza útil, unas ideas éticas elevadas y la promesa de una vida mejor en el futuro. En vez de eso, Jesús nos ofrece el evangelio de “toma su cruz y sígueme.”

Todavía la cruz les da a los cristianos la esperanza de perdón y de vida eterna. Qué interesante resulta que la cruz desde el siglo 2 se haya convertido en el símbolo más común del cristianismo. La gente comenzó a signarse, una costumbre que se remonta a los primeros días de la iglesia.

¿A qué se debe el cambio de actitud? Los cristianos se dieron cuenta de que la cruz impartía lo que prometía: llevaba directamente a un cambio radical de dirección en su vida.

Pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios (1:24).

Es fácil identificar a los creyentes auténticos: son centrados en la cruz, y no en calcular el nombre del anticristo, u obedecer cada detallito de Torá, o abogar por su propia denominación.

Podemos preguntarle a Pablo acerca de las interrogantes difíciles que surgen de esta vida, el tipo de problemas que apartan a las personas del reino (6:9-1|):

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.

Pablo, ¿en realidad estás diciendo que el hecho de que un hombre fuera crucificado por el gobierno romano en el 30 d. C. marca una diferencia?

Mencionas a los borrachos. ¿En realidad piensas que al padre con un deseo ardiente de beber, que esconderá las botellas, perderá trabajo tras trabajo, mentirá por todo lado, diciendo que nunca lo toma – que la cruz tiene algo que decirle a él?

¿Qué pasa con los calumniadores? Alguien señalará a estas mujeres mayores, enredadas en chismes maliciosos cada día durante los últimos 60 años, cuya vida entera gira alrededor de ese placer – ¿Se supone que el hecho de que un hombre haya sido torturado hasta la muerte al ser colgado en una cruz de madera tiene algún efecto sobre ella?

Y, ¿qué hay de los estafadores – ¿qué pasa con el hombre joven cuya vida entera ha sido tan solo un juego – descerrajando puertas, arrebatando billeteras, hurtando autos, distribuyendo drogas. ¿Estás diciendo que una lamentable muerte en Palestina tiene algo que ver con él?

Pablo, preguntará alguien: ¿está diciendo que de todos los eventos en la historia del mundo, el único gran evento que de verdad cambia las presuposiciones de la gente, su conducta, sus reacciones emocionales y sus motivaciones…podría ser posiblemente la ejecución de Jesús en un lugar y en un tiempo remotos? ¿Qué ESTA es la gran jugada, el plan de Dios para reconciliar a la gente con él? ¿Es esta la clave?, Pablo. ¿De veras es?

Y, ¿qué diría él? ¡Sí, sí, mil veces sí!

Que esa sea nuestra respuesta, también.

«La cruz – ¿una mala palabra?» por Gary S. Shogren, Profesor de Nuevo Testamento, Seminario ESEPA, San José, Costa Rica

¿Por qué no una Nueva Iglesia de Corinto? [Estudios sobre 1a de Corintios]

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Pablo era un apóstol viajero, no un pastor local. Sin embargo, tenía que tratar con los miembros de este rebaño de una manera pastoral, enseñando, animando y reprendiéndolos.

Debo admitir honestamente, que si yo hubiera sido Pablo, me habría visto groseramente tentado a abandonar la iglesia corintia, y mucho antes del 56 d.C. El hecho de que Pablo no lo hiciera da testimonio de su comprensión de lo que Dios estaba haciendo en Corinto.

Algunos eruditos han calculado que la iglesia no contaba con más de 40 miembros adultos. Considero que el número era un poco más alto: 60 miembros sería un número más adecuado, distribuidos entre 3 o 4 pequeñas congregaciones en diferentes casas. Demoró dos años fundar esa iglesia; posteriormente recibió cinco años de cuidado apostólico por parte de Pablo, luego de Apolos, casi con seguridad de Cefas/Pedro, por no hablar de Timoteo, Tito y otros miembros del equipo.

Regularmente mantuvieron correspondencia escrita con Pablo. Era una iglesia por la cual Pablo oraba ansiosamente todos los días (2 Corintios 11:28).

Sin embargo, en comparación con las otras iglesias paulinas, Corinto le dio a Pablo pobres retribuciones para la inversión que él había hecho. Él no los alaba por su trabajo evangélico como lo hace con Filipos o Tesalónica, y en 2 Corintios 10:16 puede insinuar que Corinto no había hecho mucho por evangelizar su propia región.

Ellos consumieron más recursos y energía de los que produjeron; ellos absorbieron el tiempo y la energía del apóstol mientras él debía concentrarse en las “puertas abiertas” en otros sitios (1 Corintios 16:8-9). Ellos despreciaron el trabajo de Pablo, aunque le debían su alma. Ellos se burlaron a sus espaldas de que él era crudo, simple y perdedor.

Algunos devaluaron su evangelio situándolo en segundo plano después de la filosofía popular. Ellos rechazaron por completo doctrinas apostólicas tales como la resurrección de los muertos. Eran arrogantes, jactanciosos y crueles con sus propios pobres. Ellos se justificaban a sí mismos al rechazar el matrimonio por un lado y visitar prostitutas por el otro. Se demandaban entre sí en la corte y se lanzaban insultos unos a otros.

Si Pablo fuera un pastor como nosotros, ¿no habría dejado la iglesia, atravesado la ciudad y fundado una nueva obra de Cristo a partir de cero? ¿No le diría su sentido común que si él dejaba de perder su tiempo con esos 60, podría comenzar otra obra y sobrepasar ese número en poco tiempo? ¿Por qué no invertir su tiempo en una iglesia corintia nueva?

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¿La Nueva Iglesia de Corinto?

Él no habría podido hacer eso porque Cristo no se lo habría permitido. Como lo veía Pablo, esos molestos individuos no eran simplemente registros en un libro que podrían considerarse una mala inversión. Antes bien, ellos eran pueblo escogido de Dios. Y a pesar de las cosas horribles que hacían o decían, Pablo percibía que el Espíritu trabajaba en ellos y seguiría haciéndolo (1 Corintios 1:4-9).

¿Cómo puede un pastor moderno soportar meses de este tratamiento, mucho menos años? Estamos apurados por cosechar resultados que se puedan medir y vanagloriarnos de ellos frente a otros pastores. Olvidamos que Dios nunca está apurado.

¡Qué tonto sería enfurecerse contra el rebaño de Dios cuando él está alistándose para hacer una obra fresca en medio de ellos dentro de unos años!

Cuando un pastor se enoja con sus ovejas a causa de su lentitud o terquedad; cuando él las reprende por su estupidez; cuando amenaza con dejarlas; cuando las golpea con ira en vez de disciplinarlas en amor; entonces ese pastor se ha alejado del ministerio de Cristo y se ha desviado a un ministerio de la carne. Así no se puede cumplir un trabajo para Dios. Ira, impaciencia, jactancia, rudeza y sarcasmo nunca son herramientas del Espíritu de Dios.

Entradas relacionadas:

Estudios sobre 1a Corintios

“¿Por qué no una Segunda Iglesia de Corinto?” por Gary Shogren, PhD en Exégesis del Nuevo Testamento, Profesor en Seminario ESEPA, San José, Costa Rica

Estudios sobre 1a Corintios

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Comentario gratuito!

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zecnt-coverEl 31 de diciembre, escogeremos el ganador de mi nuevo comentario sobre 1-2 de Tesaloncenses (inglés). Para participar, subscribase a este blog, donde dice «Sign Me Up» al lado derecho.

1/1/13 – Y la ganadora es, Kimberlee J. de Filadelfia. Felicidades!

Cristianos y las leyendas urbanas

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Yo puedo recordar mi primer contacto con una “leyenda urbana.” En el comienzo de los 1970s, yo estaba en un grupo para niños cristianos, y teníamos una revista mensual. En un artículo se publicó la siguiente historia, diciendo que era un hecho sólido:

En un estado del sur, dos hombres estaban viajando a lo largo de una carretera rural. Ellos vieron a una persona pidiendo aventón y decidieron llevarlo. Él se sentó en la parte de atrás y habló con ellos. Entonces de un momento a otro, la persona hizo la afirmación: “Jesús va a volver, sabe usted, y muy pronto.” Cuando se volvieron hacia atrás para preguntarle lo que quería decir con esto, ellos vieron que…¡el extraño había desaparecido! Ellos inmediatamente frenaron, pensando que se podría haber caído y matado. Ellos manejaron hacia atrás y hacia adelante y no pudieron encontrarlo, así que ellos pararon en el siguiente pueblo para alertar al alguacil. Cuando le contaron la historia, el alguacil dijo, “Normalmente esto constituiría una emergencia; no obstante, ¡usted es como la décima persona esta semana que me dice que ha tenido la misma experiencia!”

Tal vez usted haya escuchado la misma historia y está seguro que ocurrió a un amigo de un amigo [ver AQUI]. Bueno, yo también era un creyente y lo repetí como cierto. No me pareció raro que los detalles fueran un poco vagos: Ahora, ¿dónde exactamente fue que sucedió esto? ¿Cuándo? ¿Cuál era el nombre del alguacil? ¿En qué periódico fue reportado? Y así sucesivamente. Fue años atrás que me di cuenta que yo había sido tomado por una “leyenda urbana” – una historia que es repetida una y otra vez a lo largo de muchos años. De hecho, Jan Harold Brunvand, la autoridad en leyendas urbanas, nombró una de sus colecciones The Vanishing Hitchhiker [El autoestopista desaparecido]. El fenómeno completo me fascinó tanto que me pude en contacto con el Dr. Brunvand e intercambiamos varias historias. En el 2009 “el autoestopista desparecido” empezó a aparecer nuevamente, con el nuevo giro que ahora dice, “Gabriel está poniendo la trompeta en sus labios; el Señor va a regresar.” Lee el resto de esta entrada »

¿Deben los apóstoles y los pastores rendir cuentas, en lo relacionado con lo económico? Según Pablo, que sí

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¿No hemos escuchado al pastor diciendo que, Yo rindo cuentas solamente a Dios, por tanto, que ningún «mundano» me moleste sobre cómo manejo el dinero? ¿Es este acercamiento bien «apóstolico»? De ninguna manera.

¿Qué hizo el apóstol Pablo durante su ministerio? Una gran mayoría afirma los sucesos evidentes: predicó el evangelio, fundó iglesias, formó discípulos, escribió cartas. Pero, ¿quién se acuerda de que Pablo recaudó fondos? Y específicamente, ¿quién recuerda que Pablo administró una Ofrenda recogida de sus iglesias esparcidas dentro de cientos de miles de kilómetros cuadrados, y durante un buen período de tiempo? Lee el resto de esta entrada »